Trampantojo (de «trampa ante ojo», también usado en francés -trompe-l'œil, «engaña el ojo»-) es una técnica pictórica que intenta engañar la vista jugando con el entorno arquitectónico (real o simulado), la perspectiva, el sombreado y otros efectos ópticos, consiguiendo una "realidad intensificada" o "substitución de la realidad".
Sweep It Under The Carpet, uno de los graffittide Bansky.
Los trampantojos suelen ser pinturas murales de acentuado realismo diseñadas con una perspectiva tal que, contempladas desde un determinado punto de vista, hacen creer al espectador que el fondo se proyecta más allá del muro o del techo o que las figuras sobresalen de él. Pueden ser interiores (que representan muebles, ventanas, puertas o otras escenas más complejas) o exteriores (aprovechando la gran superficie de una pared medianera, o los espacios de muro entre vanos reales).
Los trampantojos nos ayudan a crear espacios aparentemente más grandes. O simplemente jugar con la vista, hacer que algo parezca sin que lo sea.
Para conseguir un buen trampantojo es fundamental que la persona domine la perspectiva y por supuesto la pintura.
Se emplean mucho en dormitorios infantiles, es una manera de personalizar una habitación de un modo muy especial, creando para los niños un entorno que los invite a soñar.
Nos ayudan a ocultar elementos, en este caso las puertas de este mueble están dibujadas integrándolas con el resto de las estanterías, una pasada, verdad?
Pinturas murales de johina
Pueden ser pintados directamente sobre la pared, el techo el suelo o utilizar como en este caso un cuadro para conseguir ese efecto.
Es un buen recurso para ayudarnos a crear profundidad o meternos en otro lugar...
Con los vinilos o papeles pintados se consiguen efectos espectaculares, por supuesto mucho más realistas, pero la pintura tiene un encanto distinto, en mi opinión, claro.
Entonces que, engañamos al ojo?
Saludos.
Mónica Castillo.